martes, 13 de enero de 2015

China, Japón, Egipto e India






China, Egipto, Japón e India



Historia del Deporte

 China

Prácticas semejantes a la gimnasia en su forma externa encontramos que ya se
practicaban 2.000 años antes de nuestra era en China por los bonzos de Tsao-Tsé,
por medio de una serie de movimientos y posiciones recopiladas bajo el nombre de
Cong-Fou. No cabe duda que en todo el ámbito cultural asiático la idea china de la
estrecha relación entre ejercicios y ética (Kiang, 1969; Tsu Min Yee, 1936) desempeñó
un papel decisivo, de forma que también en Corea (Culin, 1985) y Japón (Kaiten
Nukariga, 1913; Swami Sivananda, 1939) podemos detectar su influencia.

 India

Los Vedas son los cuatro libros sagrados primitivos que constituyen los monumentos
literarios más antiguos del brahamanismo. Según los vedas la lucha acompañada de
la carrera, el salto y la natación eran los ejercicios militares con los que se adiestraba
a los jóvenes.

En la India encontramos una gran interacción entre el ejercicio físico y la religión.
Hay que citar el yoga (Hauer, 1958) y la danza. Cabe señalar los ejercicios de
respiración que acompañan al yoga, que en ningún modo se pueden reducir a la de
meros ejercicios físicos, ya que se trata de una representación física de la «Psicología»
budista (Kuvalayandana, 1935).

 Egipto

En todo el mundo mediterráneo nos encontramos con diferentes clases de carreras:
de caballos, de carros, a pie y otras competiciones semejantes.
Egipto con su multiforme actividad deportiva, nos proporciona numerosos materiales
y documentos al respecto. El programa educativo de entonces (a partir del siglo VII
antes de Jesucristo, por influencia griega) comprendía ejercicios que hoy habría que
incluir en la categoría de gimnasia y atletismo. También en este caso el deporte se
encuentra indisolublemente unido a la religión, que en Egipto impregnaba y dominaba
toda la vida de una forma especial. En todas las grandes civilizaciones, los dioses
estaban en estrecha relación con el deporte, hasta el punto que, por ejemplo, la diosa
egipcia Sehet fue venerada como Señora del Deporte.

Grecia
Los griegos consideraban la armonía entre el cuerpo y el espíritu como un factor
necesario para la educación de los ciudadanos. Para Kirchner (1972) este concepto
de unidad y de equilibrio implica un desarrollo armónico de los aspectos mentales,
físicos y espirituales de la persona humana. Según Arnold (1968) durante este periodo
de la historia humana:
«un cierto equilibrio entre el espíritu y el cuerpo ha producido genios y una cultura
raramente igualada en las generaciones que han seguido».
Fueron de gran valor las aportaciones de Hipócrates, Galeno y sus predecesores
en este campo. Muchos filósofos antiguos fueron atletas y atribuyeron gran importancia
a la educación física: Pitágoras debió ser (según fuentes no muy seguras) campeón
olímpico en pugilato y entrenador; Platón participó como luchador en los Juegos
Itsmicos; Aristóteles transmitió las listas de los campeones olímpicos, y Milón, el glorioso
atleta pesado de la antiguedad, escribió un libro sobre la Naturaleza, probablemente
de talante filosófico.
Por otra parte, las epopeyas de Homero son un canto a los juegos y al agón
como el ideal «de ser siempre el mejor y superior a los demás». Las Odas Olímpicas
se recitaban en toda la Hélide, y Sócrates las enseñaba en el gimnasio.
Fue en Grecia donde se inicia la concepción filosófica de la vida y la educación
física como preparativo para la vida futura. Tengamos presente que tal concepción
no fue una manifestación espontánea, sino que debió ser elaborada a través de la
religión imperante y con culminación de la aspiración helénica a alcanzar la perfección
física.



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